Carles Puigdemont ha decidido endurecer su postura frente al PSOE al impulsar esta semana en el Congreso la votación de la proposición de ley que solicita la transferencia de competencias en materia migratoria a la Generalitat. El líder de Junts celebrará hoy en Bruselas una reunión con su grupo más cercano para evaluar la evolución de su relación con Pedro Sánchez, tras la última reunión con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que no logró avanzar en los acuerdos pendientes entre ambas formaciones.
Desde el partido aseguran que el expresident comunicará a su ejecutiva que el período de «prórroga» otorgado al PSOE está llegando a su fin. No obstante, Junts no disminuirá sus demandas, sino que las intensificará, como refleja esta iniciativa sobre inmigración, que genera malestar en el Ejecutivo al crear fricción entre los neoconvergentes y sus socios de Podemos, quienes se oponen firmemente a la propuesta.
Jordi Turull advirtió recientemente que Junts continuará con su rumbo «a pesar de las etiquetas» que puedan ponerle, argumentando la importancia de regular aspectos relacionados con los flujos migratorios. Sin embargo, una derrota en el Congreso sería un revés significativo para la formación, que ya enfrenta desgaste entre su electorado debido al incumplimiento del acuerdo de investidura.
Esta situación recuerda la que vivió ERC antes de las elecciones catalanas de 2024, cuando perdió 13 escaños. Actualmente, las encuestas prevén un panorama aún más complicado para Junts, que podría perder hasta 14 diputados y enfrentarse al ascenso de Aliança Catalana, liderada por Sílvia Orriols, que podría igualar su presencia en el Parlament.
Ante este contexto, Puigdemont afronta una decisión crucial: romper definitivamente con el PSOE y optar por el bloqueo parlamentario o mantener una alianza cada vez menos apoyada por las bases independentistas. La votación sobre la inmigración podría ser el punto de partida de la nueva etapa política que el líder de Junts ha mencionado en sus recientes intervenciones.