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Después de tres años, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el presidente francés, Emmanuel Macron, mantuvieron una llamada telefónica de casi dos horas enfocada en la situación en Ucrania. Aunque este contacto directo representa un hecho relevante, no se observaron indicios de un posible acuerdo para detener las hostilidades a corto plazo.
En la conversación, Putin expresó que no está considerando un cese temporal de las operaciones militares, enfatizando que la solución debe ser sostenible a largo plazo. Además, el mandatario ruso reafirmó que cualquier resolución debe respetar lo que considera los «intereses fundamentales de seguridad de Rusia», manteniendo su postura firme frente a las exigencias de Kiev y sus aliados occidentales.
Macron, según fuentes diplomáticas francesas, recalcó la importancia de resguardar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. También intentó valorar la disposición de Moscú para abrir vías de negociación en el ámbito internacional.
Esta comunicación representa un cambio en las relaciones diplomáticas entre ambos países, las cuales se habían deteriorado drásticamente desde el inicio del conflicto en febrero de 2022. Aunque no se lograron avances concretos, la reapertura del diálogo se considera un paso notable en el complejo escenario diplomático europeo.
