La multinacional energética Repsol ha propuesto una colaboración al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con el objetivo de frenar la creciente influencia de China, Rusia e Irán en el sector petrolero de Venezuela. Según fuentes cercanas a la empresa española, Repsol considera que estos países representan una amenaza para los intereses occidentales en la región, especialmente en el control de los vastos recursos petroleros del país sudamericano.
En su propuesta, Repsol destaca su capacidad para actuar como un «obstáculo» efectivo frente a las «fuerzas antioccidentales», que, según la compañía, buscan apoderarse de los yacimientos venezolanos en detrimento de las democracias occidentales. Esta iniciativa tiene lugar en un contexto de creciente competencia por la influencia en Venezuela, que, a pesar de las dificultades económicas y políticas que atraviesa, sigue siendo una de las naciones con mayores reservas de petróleo en el mundo.
Además, Repsol ha señalado que esta alianza también le permitiría cobrar sus deudas con el gobierno venezolano, las cuales se acumulan desde hace años. La compañía española ha acordado recibir el pago en especie, es decir, en petróleo, para saldar parte de sus compromisos financieros con el régimen de Nicolás Maduro.
La propuesta de Repsol llega en un momento en que tanto China como Rusia ya han establecido una fuerte presencia en Venezuela. Pekín ha estado invirtiendo fuertemente en el sector energético venezolano durante los últimos años, mientras que Moscú también ha incrementado su involucramiento, no solo en el petróleo, sino en la política y la seguridad de la nación.
Por su parte, Irán ha mostrado interés en aprovechar la crisis venezolana para estrechar lazos y ampliar su influencia en la región, a través de acuerdos bilaterales en el área de energía y defensa.
Con esta movida, Repsol busca posicionarse como un actor clave en la disputa por los recursos venezolanos y, al mismo tiempo, asegurar su presencia en un mercado estratégico que podría volverse aún más relevante en los próximos años.
El gobierno estadounidense, por su parte, aún no ha comentado públicamente sobre la oferta de Repsol, pero el contexto geopolítico sugiere que Washington podría ver con buenos ojos una alianza con una empresa europea que frene la expansión de la influencia de potencias rivales en la región.
Esta noticia subraya la creciente importancia del petróleo venezolano en la competencia global por recursos energéticos, en un escenario donde las tensiones geopolíticas se entrelazan con los intereses económicos de potencias globales.
