Los estudios de viabilidad revelan que la complejidad de la obra impedirá su finalización en el plazo inicialmente previsto.
El proyecto para la construcción de un túnel que conecte España y Marruecos bajo el Estrecho de Gibraltar sufrirá un retraso significativo. Según los últimos estudios de viabilidad, la infraestructura, cuya finalización estaba prevista para 2030, no estará operativa hasta al menos 2040 debido a su alta complejidad técnica.
La ambiciosa iniciativa contempla la creación de un corredor subterráneo que uniría Punta Paloma, en España, con Punta Malabata, en Marruecos. Este enlace transcontinental supondría un avance estratégico en la conectividad entre Europa y el norte de África, facilitando el transporte de mercancías y pasajeros.
Un desafío de gran envergadura
El medio marroquí Hespress, en su edición en inglés, ha informado sobre las dificultades que enfrenta el proyecto. Entre los principales retos destacan la inestabilidad geológica del Estrecho de Gibraltar y las exigencias técnicas derivadas de la profundidad y la longitud del trazado. Estas complicaciones han obligado a los responsables a replantear los plazos y el diseño de la obra.
El ministro español de Transportes, Óscar Puente, lidera esta iniciativa en estrecha colaboración con las autoridades marroquíes, entre ellas la Sociedad Nacional de Estudios del Estrecho (SNED). Ambas partes siguen comprometidas con la viabilidad del proyecto, aunque reconocen que los desafíos técnicos y económicos requieren una planificación más extensa.
Impacto y perspectivas futuras
A pesar del retraso, el túnel España-Marruecos sigue siendo una prioridad para ambas naciones, que ven en esta infraestructura una oportunidad para fortalecer sus relaciones comerciales y de movilidad. No obstante, la incertidumbre sobre la financiación y la ingeniería del proyecto sigue siendo un factor determinante en su desarrollo.
Las autoridades aseguran que los estudios continúan y que se están explorando soluciones innovadoras para superar los obstáculos identificados. Mientras tanto, el sueño de unir ambos continentes mediante un túnel ferroviario subterráneo deberá esperar al menos una década más.