Remitido por un trabajador indignado de Servilimpce que ya no se calla
Le escribo en primera persona, no como un observador externo, sino como un trabajador de Servilimpce que cada día se levanta para limpiar las calles de esta ciudad mientras ve cómo nuestra empresa pública se convierte en una agencia de colocación para amigos políticos, con sueldos desorbitados y cargos inventados a medida.
Mientras nosotros, los operarios, peleamos céntimo a céntimo en la negociación del convenio para conseguir mejoras básicas, hemos descubierto —casi por casualidad y nunca por transparencia— que la dirección ha creado una plaza fantasma de “Director de Comunicación” con más de 68.000 euros de sueldo anual, adjudicada directamente a Luis Mari Fernández, ex subdirector general de Menores del Gobierno de Ceuta y editor de un medio digital claramente alineado con el poder y cuyo principal mérito fue agredir a un compañero del sindicato o a un político de la ciudad

No es un caso aislado: es un sistema podrido
Este no es un hecho aislado. Ya estamos cansados de ver cómo, desde que la empresa se municipalizó, se han colocado directivos, coordinadores, asesores y cargos intermedios con sueldos iguales o incluso superiores a los del citado director de comunicación, todos elegidos a dedo, sin concurso público, sin méritos acreditados, y accediendo por la puerta de atrás.
Nosotros sí hemos pasado pruebas, madrugones, turnos partidos y presión constante. Ellos no. Y, encima, nos miran por encima del hombro mientras cobran tres o cuatro veces más que cualquiera de nosotros.
68.000 euros, teletrabajo… y nosotros bajo la lluvia
La última humillación ha sido enterarnos de que, además del sueldo, circula el rumor de que este nuevo “alto cargo” podría incluso teletrabajar.
Es decir: ellos, desde un despacho o desde el salón de su casa. Nosotros, respirando polvo, soportando insultos en la calle y obligados a fichar cada minuto.
Esto no es desigualdad salarial, es una burla directa.
¿Y el Gobierno de la Ciudad? Silencio cómplice
Mientras todo esto ocurre, el Gobierno de Ceuta ha decidido no destituir a este señor de su cargo anterior en Menores, pese a la polémica pública y a los episodios denunciados. Incluso hay una denuncia por agresión interpuesta por el sindicalista Carreira, y aun así se le premia con un contrato de lujo en Servilimce.
Nos preguntamos:
• ¿Dónde está el concurso público para este y otros cargos?
• ¿Qué méritos objetivos tiene este señor (o los que ya estaban) para cobrar más de 60.000 euros?
• ¿Por qué se reparten sueldos de élite mientras nos dicen que “no hay margen” para mejorar nuestras condiciones?
• ¿Hasta cuándo Servilimce será el refugio de oro de los amigos del poder mientras los que limpiamos las calles seguimos siendo invisibles?
Basta ya
Yo, trabajador de base, exijo respeto. No queremos discursos. Queremos justicia. Queremos igualdad de oportunidades. Queremos saber por qué el dinero público se usa para premiar fidelidades políticas mientras a nosotros nos recortan, nos controlan y nos callan.
Servilimpce no puede seguir siendo el cortijo político de unos pocos mientras la plantilla vive al límite.
Si hay dinero para directores inventados, hay dinero para dignificar a quienes hacemos el trabajo real.
Y si alguien en esta ciudad aún tiene vergüenza pública, que mire hacia Servilimce y pregunte: ¿a quién sirve realmente esta empresa?
Firmado:
Un trabajador indignado de Servilimpce que ya no se calla
