Moreno propone una votación sin precedentes y Ayuso condiciona su participación a la exclusión del catalán y el euskera. El Ejecutivo busca evitar un boicot político.
La relación entre el Partido Popular (PP) y el Gobierno central se encuentra en un punto crítico a escasas horas de la Conferencia de Presidentes, debido a desacuerdos sobre los temas a tratar y el formato de la reunión.
Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, ha sugerido someter varios puntos del orden del día a votación, una medida poco habitual en este foro que tradicionalmente se basa en consensos. El Gobierno considera esta propuesta como una estrategia para aumentar la tensión y condicionar el desarrollo del encuentro.
Por otro lado, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha advertido que abandonaría la conferencia si se emplean lenguas cooficiales como el catalán o el euskera. “No participaré en una reunión donde se promueva una división lingüística que no representa a todos los españoles”, afirmó Ayuso, desafiando de nuevo al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En Moncloa trabajan contra reloj para impedir un posible boicot que podría deteriorar aún más las ya frágiles relaciones institucionales con varias comunidades autónomas gobernadas por el PP. Según fuentes del Gobierno, se realizan esfuerzos para mantener el diálogo abierto y asegurar el normal desarrollo de la conferencia.
Este conflicto político podría desviar la atención de temas relevantes previstos para la cita, como la financiación autonómica, la gestión de los fondos europeos y la coordinación de políticas territoriales. La falta de consenso en cuanto al formato cuestiona la efectividad de la conferencia y refleja la creciente polarización en la política española.
