Antes del parón veraniego, el Gobierno de Pedro Sánchez se despidió del Congreso en un ambiente parlamentario complicado, caracterizado por las señales de desacuerdo provenientes de dos socios fundamentales, Podemos y Junts, quienes manifestaron su insatisfacción respecto a la mayoría que apoya al Ejecutivo.
La situación más destacada fue el fallo del Ejecutivo en la votación del decreto sobre medidas energéticas diseñadas para prevenir cortes de suministro, iniciativa que no alcanzó el apoyo requerido en la Cámara Baja. No obstante, el Gobierno logró sacar adelante otro decreto relevante, relacionado con las entregas a cuenta de financiación para las comunidades autónomas, con el respaldo del Partido Popular.
Este resultado pone de manifiesto la vulnerabilidad del bloque que sostiene la investidura y anticipa una temporada otoñal políticamente desafiante, en la cual el Ejecutivo deberá fortalecer sus alianzas para conservar la estabilidad legislativa.