Ceuta, 16 de julio de 2025 — La festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los navegantes, reunió nuevamente a la comunidad ceutí en una jornada marcada por la tradición y la fe, a pesar de las altas temperaturas que no frenaron la presencia multitudinaria de fieles.
Desde primeras horas de la tarde, cientos de personas se concentraron alrededor de la dársena de la Almadraba para recibir la imagen, que recorrió su trayecto habitual desde la Parroquia de los Remedios, donde permanece tras el deterioro declarado en 2021 de la iglesia original de la Almadraba. Aun enfrentando obstáculos como su traslado y los debates urbanísticos vinculados a la Ley de Costas, la comunidad católica local mantiene intacto su compromiso con esta histórica celebración.
Bajo un sol intenso, el vicario Francisco Fernández Alcedo esperaba la llegada de la imagen resguardado en la sombra limitada que ofrecía la torre de la dársena. “Este día es muy significativo para mí. La tradicional procesión en barco es una costumbre que deberíamos conservar”, expresó con emoción, recordando también a miembros de la cofradía de Barbate que han sufrido durante años problemas de salud por el calor en eventos similares.
La devoción se manifestó de diversas maneras, como en el caso de Cristian Cajal, vecino del Polígono, quien caminó descalzo varios kilómetros como muestra de fe hacia la Virgen. Los capataces David y Eduardo Pareja llevaron la imagen, en medio de vítores como “¡Guapa!” y “¡Viva la Virgen del Carmen!”, antes de embarcarse para navegar hasta la playa de la Almadraba, lugar donde aguardaban numerosos devotos.
Entre los asistentes figuraba el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, que acompañó la travesía marítima junto a otros representantes institucionales. Para facilitar la llegada de los fieles, se establecieron autobuses gratuitos y se distribuyeron abanicos, agua y sombreros para aliviar el calor.
La homilía se realizó en la orilla, en un ambiente solemne. El altar provisional, situado cerca de las casetas de Amgevicesa, concentró la ceremonia litúrgica dirigida por el vicario Fernández Alcedo, que ha liderado esta misa durante siete años, salvo la suspensión temporal por la pandemia. Le apoyaron dos sacerdotes y un grupo musical que interpretó cánticos dedicados a la Virgen con guitarras.
Tras la misa, se desarrolló la procesión por mar seguida de un recorrido terrestre por barrios emblemáticos como 12 de diciembre, Miramar Bajo y Juan XXIII. Los bañistas y espectadores manifestaron respeto durante el paso de la imagen, acompañando el acto con aplausos y oraciones.
Una vez más, la festividad de la Virgen del Carmen muestra su capacidad para integrar tradición, fe y sentimiento popular, consolidándose como uno de los eventos más destacados del calendario religioso y cultural de Ceuta.