El Gobierno turco ha dejado en libertad a alrededor de 20.000 detenidos tras la puesta en marcha de una legislación renovada sobre la ejecución de penas privativas de libertad. Esta iniciativa, dada a conocer por el Ministerio de Justicia, forma parte de una reforma destinada a reducir el hacinamiento en las cárceles y a ofrecer un trato más digno a ciertos colectivos de internos.
Recientemente aprobada por el Parlamento, la ley prevé la salida anticipada de personas privadas de libertad que enfrentan enfermedades graves o que poseen avanzada edad. Según indican las autoridades, estas liberaciones se efectuaron siguiendo rigurosos criterios médicos y jurídicos para garantizar que no supongan un peligro para la seguridad pública.
Un representante del Ministerio comentó que la norma busca equilibrar la justicia, los derechos humanos y las necesidades del sistema penitenciario.
Organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos han recibido la medida con precaución, solicitando que el proceso de selección de beneficiarios sea transparente y que se respete el principio de igualdad ante la ley.
Esta reforma también se interpreta como una respuesta a las críticas tanto internas como internacionales dirigidas al problema del sobrecupo en los centros penitenciarios turcos, especialmente después de la pandemia de COVID-19, que evidenció las deficiencias del sistema carcelario.