El 6 de julio de 1990, Carme Tió escribió una postal a su amiga Imma Magem desde Londres, donde acababa de mudarse. La postal, con un simple mensaje de despedida y buenos deseos, decía: «Dales recuerdos a todos». Sin embargo, lo que parecía ser un simple gesto de amistad se convirtió en un misterio que tardaría más de tres décadas en resolverse.
Imma, quien siempre ha vivido en el mismo piso en Vic, Barcelona, recibió la postal 34 años después de haber sido enviada. La llegada de esta carta ha despertado una ola de recuerdos y emociones entre las dos amigas. En una entrevista para el Telediario, Carme recordó cómo recibió la llamada de Imma: «¿Carme, cuándo llegaste a Londres? Y era esta fecha. (Y le dije) Pues me ha llegado una postal ahora».
Ambas amigas se sorprendieron al descubrir que todos los detalles en la dirección eran correctos, lo que hace aún más misterioso el retraso. «No sabemos dónde se quedó. Se pudo quedar en Londres, en Madrid, en Barcelona. Sí que sabemos que de Correos de Vic la pusieron en mi buzón», explicó Imma. Carme añadió con humor: «A lo mejor se fue viajando por el mundo».
El misterio de la postal perdida ha dado pie a muchas especulaciones. ¿Pudo haberse quedado atrapada en algún rincón olvidado de una oficina de correos? ¿O tal vez fue extraviada durante su tránsito internacional? Aunque nunca se sepa la respuesta, lo cierto es que su llegada ha tenido un profundo impacto emocional en ambas mujeres.
«Te hace revivir cómo estabas en esos momentos, por qué estabas ahí y qué te estaba pasando», reflexionó Carme. La postal, ahora enmarcada, se ha convertido en un símbolo tangible de su amistad duradera y de los recuerdos compartidos a lo largo de los años.
Esta historia no solo destaca la importancia de las conexiones humanas y los recuerdos, sino también el papel que juegan los objetos físicos en nuestra memoria emocional. En un mundo cada vez más digital, la llegada de esta postal es un recordatorio conmovedor del poder de las palabras escritas a mano y de las historias que pueden contar.
La historia de Carme e Imma es un testimonio de la resistencia de la amistad y de cómo, a veces, los objetos más simples pueden tener un significado profundo. Mientras la postal continúa siendo un tema de conversación y reflexión, las amigas siguen disfrutando de su compañía, recordando el pasado y creando nuevos recuerdos juntas.