Vox ha iniciado un procedimiento disciplinario contra Pablo González Gasca, secretario general de la organización juvenil Revuelta y encargado del marketing digital del partido. Se le acusa de filtrar audios internos y de insultar a un compañero. Este miércoles, la dirección nacional envió un burofax con un plazo de tres días para que justifique determinados gastos de representación.
El conflicto surge dentro de las tensiones internas entre Vox y su organización juvenil, derivadas del manejo económico de Revuelta a través de la Asociación Social de Mayores (Asoma). La formación ha denunciado a esta organización ante la Autoridad Independiente de Protección del Informante por posibles irregularidades en los fondos destinados a víctimas de la DANA y en el pago de impuestos.
Se cuestionan gastos menores, como la compra de un bonómetro y dos hamburguesas, realizados fuera del horario laboral. Anteriormente, Montserrat Lluis, secretaria general adjunta de Vox, tuvo que ofrecer disculpas por haber sugerido que dichos gastos corresponden al partido y no a Revuelta.
Los audios internos evidencian la presión personal y profesional que vive Gasca, que actualmente está de baja por razones psicológicas. En ellos manifiesta su descontento por la situación y la sensación de trabajar sin reconocimiento ni retribución, mientras debe informar de su actividad a miembros del sindicato Solidaridad, ajenos a su estructura.
Esta situación refleja la creciente fractura entre Vox y Revuelta, con una relación dañada que podría derivar en la salida de Gasca, número dos de la organización juvenil, a raíz del expediente disciplinario.


